En este artículo vamos a tratar...
Cabello rizado, una relación amor odio
Descifrar cómo es o qué tipo de rizo es el que te ha tocado en tu cabello es determinante para tratar adecuadamente. Lo mejor es mantener una relación lo menos tóxica con él si mantenerlo a raya te supone un suplicio, por lo que afortunadamente hoy en día contamos con tratamientos y productos que nos ayudan en esta -a veces- ardua tarea.
Productos óptimos para tu cabello
Hay muchos determinantes que te ayudarán a conocer qué productos son los que de verdad van a trabajar adecuadamente tu cabello como, por ejemplo, su porosidad que detectan la salud de las cutículas, que es la capa más externa del cabello. Cuando la cutícula está sana, queda suave, cerrada y retiene la humedad. Si la cutícula se presenta abierta y con un aspecto desnutrido por varios factores.
A mayor textura, menor hidratación
Cuanto más suave sea la textura del cabello, menos hidratación y fijación serán necesarias en la elección de los cosméticos capilares adecuados. Cuanto más elevada esté la cutícula, el cabello requiere más hidratación y productos de fijación con componentes más fuertes para domar el cabello. Básicamente, debemos tener en cuenta que cuando la porosidad es baja será cuando el cabello parece resistente al agua por lo que probablemente se necesiten más productos hidratantes. Si el cabello es de porosidad alta, se moja muy fácilmente y puede quedar muy flojo con la sobrehidratación.
Elasticidad capilar siempre es un factor importante
Tampoco debemos olvidar la elasticidad capilar a la hora de elegir un producto de tratamiento o fijación. Dicha elasticidad previene la rotura cuando se manipula el cabello.
Si no hay suficiente fuerza el cabello puede romperse o no mantener el rizo natural, por lo que demanda humedad. Por otro lado, si el cabello es fibroso y blando cuando está mojado, entonces necesita proteínas para reconstruir los enlaces rotos y fortalecer el patrón de rizos.
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