Las arrugas no son sólo el único signo notable de envejecimiento; la falta de firmeza y flacidez en la piel también son claros ejemplos del paso del tiempo. Pero…
¿Qué son las arrugas? Un surco o pliegue de la piel, ya sea por disminución de la capa de grasa más profunda o por disminución del tamaño de las células que forman parte de la dermis. Esencialmente aparecen por una disminución del contenido de agua, la piel produce menos aceite y la capa externa (epidermis) se vuelve áspera y seca.
Una disminución del colágeno, factores genéticos, las expresiones faciales habituales, el envejecimiento, el deterioro provocado por el sol, exposición al viento, fumar, una hidratación pobre, entre otras muchas causas, aceleran su aparición.
¿Y la flacidez? Es una de las manifestaciones más evidentes en el rostro que se acelera con el paso del tiempo. Queda en evidencia con la pérdida de firmeza, rasgos hundidos y óvalo facial menos preciso, produciéndose un descolgamiento de los tejidos del rostro. Es un reflejo del estado interno de la piel que, con la edad, pierde proteínas de soporte, tales como el colágeno y la elastina, lo que provoca que la piel cuelgue de manera literal, sobre todo, a partir de los 35 años.
Además, debemos saber que…
La piel está formada esencialmente por tres capas, dos de las cuales juegan un papel primordial en su aspecto estético:
- La epidermis (capa superficial de la piel), que constituye el tejido de protección.
- La dermis (capa media) actúa como tejido de sostén.
- La hipodermis (la capa más profunda de la piel), esencialmente formada por grasa.
El envejecimiento cutáneo y firmeza de la piel
El envejecimiento natural provoca modificaciones de la textura cutánea. Con la edad, la piel se vuelve más fina, más seca, presenta más arruguitas y pierde su elasticidad. El envejecimiento natural viene acompañado por una degeneración progresiva de la estructura y de las funciones cutáneas. Una disminución del tamaño y del número de fibroblastos, del colágeno dérmico y del número y calidad de las fibras elásticas.
Con el envejecimiento del cuerpo, las fibras inelásticas pierden generalmente suavidad y flexibilidad. La luminosidad y el aspecto regular y liso de la piel son los rasgos definitorios de un rostro joven y sano, y aunque el paso del tiempo es definitorio, existen tratamientos que frenan ese proceso.
Para prevenir estos efectos, hay que actuar sobre varios parámetros:
- Activar la microcirculación sanguínea
- Prevenir el efecto de glicación
- Redensificar los tejidos cutáneos
- Alisar la superficie de la piel
- Prevenir la pérdida insensible de agua de la epidermis.
Consejos básicos para una piel sana y un aspecto joven:
- Evitar fumar. Fumar causa envejecimiento prematuro y arrugas en la cara
- Lavar la cara diariamente. Una buena rutina de limpieza es clave
- Beber, al menos, 2 litros de agua al día. Esto ayuda a mantener la piel hidratada.
- No tomar el sol directamente en la cara
- Usar protección solar a diario
- Llevar una alimentación saludable.
Inesperadamente provechoso este artículo sobre consejos para evitar tantos
problemas al envejecer. Últimamente me estoy preocupando mucho más por cómo afecta la edad a mi cuerpo.
Espero encontrar más cosas así en internet
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