El envejecimiento de la piel es un proceso biológico y natural.
Sus signos comienzan a notarse alrededor de los 35-40 años y se manifiestan con el desarrollo de pequeñas arrugas que poco a poco se van haciendo más visibles con el paso del tiempo.
Estos signos de edad son consecuencia de la disminución hormonal que afecta a las células de la piel y a la producción de colágeno y elastina.
Aunque este proceso es inevitable, existe un tipo de envejecimiento que, si puede evitarse o aminorarse, el que se produce de forma prematura por causa de malos hábitos de vida y otros factores externos que perjudican nuestra piel.
El sol es el principal factor causante del envejecimiento cutáneo y el responsable de patologías como las antiestéticas manchas en la piel, por eso el cuidado que debemos tener en verano y sobre todo cuando estamos expuestos directamente tiene que ser específico y superior que, en otras épocas del año, y a la vuelta de verano hay que solventarlo con cuidados extras tanto en cabina como en un cuidado diario en casa.
No olvidemos que la piel es un órgano vivo capaz de responder a estímulos y de establecer intercambios. Si las sustancias con las que se pone en contacto presentan un cierto parecer o le son análogas, el intercambio es incluso mejor. Por eso, la limpieza y exfoliación es un fenómeno natural debido a la caída de las células muertas que impiden una correcta respiración de la piel y forman una película que hace que la piel se vuelva seca y rugosa. A veces, el proceso natural es lento e incompleto, y además cuándo vamos cumpliendo años se ralentiza, por lo que es recomendable reforzarlo realizando un peeling profesional con múltiples beneficios para que la piel recupere su calidad y salud. La renovación celular especialmente recomendable tanto en los meses de previos a la exposición al sol y sobre todo para reparar después de verano.
Una vez realizada la limpieza y exfoliación la piel queda perfectamente preparada para que los principios activos que pongamos inmediatamente a continuación penetren a capas profundas y actúen a máximo nivel.
Para hidratar, reparar, reequilibrar y alimentar la piel, es necesario elegir principios activos de alta concentración, importantísimo para recuperar en más corto espacio de tiempo y con mejores resultados. Las típicas cremas untuosas más básicas deben ser sustituidas por extractos fito marinos y celulares, cuidadosamente seleccionados y científicamente concentrados, aceites esenciales 100% puros y naturales, botánicamente y bioquímicamente definidos y sueros con ingredientes activos al más alto nivel de concentración, silicio orgánico, minerales, algas, vitaminas…
Básico y esencial es un diagnóstico absolutamente personalizado y dependiendo de la edad, tipo de piel, identidad hormonal se marcará un protocolo definido en casa tanto para cuando estemos en días donde nos exponemos directamente al sol, cómo a la vuelta donde este protocolo cambiará incidiendo más en la regeneración y recuperación de la piel. La continuidad y constancia es un pilar necesario para recuperar y reequilibrar la piel, y obtener resultados. No olvidemos que la piel tiene memoria tanto para la aparición de signos de envejecimiento y patologías varias, pero también recupera de forma increíble cuando los cuidados son regulares.
Los resultados serán:
- Limpieza de la piel
- Eliminación de impurezas y células muertas
- Estimular la microcirculación sanguínea y optimizar la receptividad cutánea
- Tonificar la estructura del tejido
- Hidratar en profundidad
- Purificar la piel
- Alisar, unificar y suavizar el tono
- Mejorar la oxigenación de las células
Es importante prestar atención a otros hábitos saludables a la vuelta, o sólo debemos alimentar la piel con productos cosméticos, cómo cualquier otro órgano de nuestro cuerpo requiere una buena nutrición para gozar de buena salud y evitar la oxidación causada por los radicales libre, por ello para aportar compuestos antioxidantes, vitaminas, minerales y otros nutrientes que participan en su restauración, la dieta debe estar basada en alimentos de alta calidad como frutas, verduras, legumbres, pescados frescos, frutos secos y ácidos grasos omega 3.
Además de la alimentación debemos fijarnos en mantener la piel hidratada y beber al menos dos litros de agua al día, normalmente en verano solemos sustituir el agua por bebidas carbonatadas y alcohol que hacen el efecto contrario, deshidratar en profundidad la piel, esta fase es necesaria y hay que prestar atención especial después de verano y mantenerla durante todo el año.
El descanso es vital para mantener una piel saludable, ya sabemos que esta se regenera por la noche hasta 4-5 veces más que durante el día y que cuando la melatonina actúa por la noche sin luz estamos reparando todos los daños causados durante el día. Una media de 7-8 horas serían importantes para esta reparación.
El tabaco es otro de los enemigos más potentes para la piel, además de afectar a cada una de las células de nuestro organismo, la piel se presenta mucho más arrugada, con manchas, y trastornos cutáneos que deterioran su aspecto. El deporte también es básico para regenerar la piel.
Tras la vuelta de vacaciones es importante fijar un plan de choque en cabina de 4-6 tratamientos que iremos marcando en tiempo según responda la piel. La concentración de los ingredientes activos, la aparatología y las técnicas del profesional son capaces de llegar a capas profundas de la piel y actuar con mayor precisión.